22 MILLONES DE TRABAJADORES, PERO LOS MENOS FORMADOS DE LA OCDE

Según refleja el informe Mercado de trabajo en 50 titulares publicado por Randstad Research, España logrará este año superar la barrera de los 22 millones de trabajadores, dato este que debería hacernos albergar esperanzas con respecto a la evolución de la economía de nuestras empresas de no ser porque, al mismo tiempo, hemos conocido que nuestros trabajadores son de los menos formados de Europa.

El mercado laboral español es el segundo con la tasa más baja cualificación de la Unión Europea: 3 de cada 10 ocupados en España, el 29%, no sobrepasa la educación secundaria obligatoria. Esta proporción, que duplica la media de la U, es la que explica el elevado paro que hay en España, el mayor de la UE, porque cada vez son menos los puestos de trabajo que no requieren cualificación.

Pero es que, además, este dato no afecta a nuestra economía solo a nivel macroeconómico, influye y mucho en la competitividad de las empresas españolas, y es uno de los mayores retos que deben afrontar. La economía global es un entorno altamente cambiante en el cual se redefiniendo constantemente las tecnologías y la manera de operar los agentes y las habilidades tradicionales ya no son suficientes, porque los algoritmos y el análisis de datos juegan un papel central en la toma de decisiones.

La mejora de la cualificación de los recursos humanos con que cuente cada empresa es la que define la capacidad de adaptarse, aprender, evolucionar y, sobre todo, enfrentar los desafíos que plantean las nuevas tecnologías emergentes. La mejora de la cualificación del personal en las áreas operativas clave es, más que una necesidad, una cuestión crucial. Sin esa formación, sobrevivir será cada día más difícil, y mejorar la productividad y eficiencia de los procesos, casi imposible.